Año: 2013
Director: Steve McQueen
Género: Drama, basado en hechos reales, histórico
Reparto: Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Lupita Nyong'o, Paul Dano, Paul Giamatti, Brad Pitt
Solomon Northup es un violinista negro y libre que vive en Nueva York con su familia. Tras aceptar un trabajo para un espectáculo circense, comparte unas copas con los que le han contratado. Al día siguiente despierta encadenado a una pared y es vendido como esclavo. Solomon sufre todo tipo de abusos e injusticias y termina trabajando para Epps, el brutal dueño de una plantación de algodón. Se debatirá entre rebelarse o esperar pacientemente una oportunidad para escapar junto a su mujer e hijos. Basada en un hecho real (1850).
No puedo evitar comenzar esta
crítica sin extraer un breve fragmento animado del documental Bowling for
Columbine, de Michael Moore. Una breve historia de los Estados
Unidos:
Aunque, en cierta medida, sería
injusto no mencionar que el racismo y la esclavitud no son exclusivos de los
Estados Unidos -como ya vimos en la crítica de Caché-. Todo gran imperio se ha
construido en base a grandes desigualdades, y el racismo y la xenofobia siempre
ha tenido un hueco especial en cada uno de estos casos. En 12 años de
esclavitud le toca el repaso a EEUU. Queda patente en una inteligente
panorámica -en el minuto 16:05, desde el tugurio donde Solomon pide auxilio, en
los suburbios de Washington, hasta el Capitolio- que el país ha sido construido
y se ha enriquecido gracias a la mano de obra esclava. Estos son los sucios
cimientos de la que hoy en día es la potencia mundial por antonomasia. La
Iglesia tampoco escapa indemne de este fiel retrato de la sociedad, donde aparece
como instrumento ideológico de estos caciques, que esgrimen con una mano la
Biblia y con la otra el látigo y se benefician de la doble moral, para
permanecer limpios de pecado sin renunciar a los beneficios producidos por el
sufrimiento ajeno.
La breve filmografía del
británico Steve McQueen le ha situado ya entre uno de los directores
contemporáneos más influyentes. 12 años de esclavitud es sin duda una buena
película pero, si la comparamos -y las comparaciones siempre son odiosas- con
las increíbles Shame y Hunger, pasa de ser una buena película a convertirse en
una película insuficiente para lo que el genio McQueen es capaz de realizar. Shame,
por ejemplo, está plagada de simbolismos y explota el código para llevarnos
toda una amalgama de posibles interpretaciones a la pantalla por medio del
color, el encuadre y los movimientos dentro del plano -por no hablar de la
complejidad psicológica y de las propias acciones de los personajes-.
En el caso de 12 años de
esclavitud, el mérito es más para Solomon Northup que para Steve McQueen, que
deja a un lado su condición de cine de autor para convertirse en un pelele de
la industria de Hollywood. Un pelele que ha conseguido el Oscar a la mejor
película, guión y actriz secundaria. La esclavitud es un tema complicado, y
quizás haya sido esto lo que finalmente haya hecho de 12 años de esclavitud una
película meramente correcta, sin más. También es comprensible y legítimo que
McQueen haya decidido dejar simbolismos y lenguajes crípticos a un lado para
abordar el tema de un modo académico, directo y sin contemplaciones. Quentin
Tarantino nos ofrece con Django desencadenado una película que trata sobre la
esclavitud y el racismo sin dejar a un lado su sello característico y personal,
y no por ello es una película menos válida o injusta en su planteamiento.
Steve McQueen no duda en mostrarnos el lado más salvaje y descarnado de la historia de Solomon. El plano en el que queda colgado del árbol se extiende en el tiempo y nos invita a reflexionar sobre cuál es la diferencia entre un negro en el siglo XIX en EEUU y un perro. Chiwetel Ejiofor, Paul Dano, Lupita Nyong’o y, en especial, Michael Fassbender ofrecen unas interpretaciones brillantes. Disfruté con el brevísimo papel de Paul Giamatti como vendedor de esclavos. La aparición de Brad Pitt como héroe salvador me deja frío, sin embargo. La resolución del conflicto me parece poco natural y metida a presión, y la sobreactuación de Pitt echa abajo el clima de la película en cuestión de poco tiempo. La música me gusta a ratos, no simpatizo con el uso de ese “gruñido” que parece más bien la alarma de un reactor nuclear y que aparece en los momentos de tensión.
Steve McQueen no duda en mostrarnos el lado más salvaje y descarnado de la historia de Solomon. El plano en el que queda colgado del árbol se extiende en el tiempo y nos invita a reflexionar sobre cuál es la diferencia entre un negro en el siglo XIX en EEUU y un perro. Chiwetel Ejiofor, Paul Dano, Lupita Nyong’o y, en especial, Michael Fassbender ofrecen unas interpretaciones brillantes. Disfruté con el brevísimo papel de Paul Giamatti como vendedor de esclavos. La aparición de Brad Pitt como héroe salvador me deja frío, sin embargo. La resolución del conflicto me parece poco natural y metida a presión, y la sobreactuación de Pitt echa abajo el clima de la película en cuestión de poco tiempo. La música me gusta a ratos, no simpatizo con el uso de ese “gruñido” que parece más bien la alarma de un reactor nuclear y que aparece en los momentos de tensión.
En resumen: una película bien
realizada y correcta de acuerdo con el tema, que consigue entretener y ejerce
una fuerte y necesaria labor crítica, pero demasiado académica e insulsa para
ser de Steve McQueen.
"I don't want to survive. I want to live."
Solomon Northup
Llevo rondando por los alrededores de Shame mucho tiempo, sin decidirme a verla. Como soy un inculto y un "desmemoriao" no sabía que McQueen tenía una peli previa, Hunger. Y esta, pues, como que no me llama mucho.
ResponderEliminarUna cosa si que me gusta y es esta obsesión tan estadounidense de analizar su historia, toda su historia. Aquí nos quedamos como cobardes que somos con la ocultación y el calla que lo que no se dice no existe.
En fin, que a ver si me decido a ver Shame de una vez.
Analizar la historia es un ejercicio necesario e inteligente. En nuestro amado país no sólo se evita, sino que en función de los que están arriba cambian el programa de estudios y el enfoque según conveniencia. Es preocupante, como mínimo.
Eliminar¡Espero que me cuentes qué tal la experiencia con Shame!
Un abrazo, Víctor.
Totalmente de acuerdo contigo. Cuando se estrenó Shame el shock que recibí fue tan grande, me gustó tanto que quise saber quién era el director y me encontré con Hunger, una obra maestra. Es cierto que 12 años de esclavitud es buena, pero es la peor de McQueen.
ResponderEliminarMuy buena crítica!
Un saludo
Lo dicho: es una película correcta e incluso conmovedora, pero muy flojilla. Esperemos ver más obras tirando a Shame o a Hunger por parte de McQueen.
Eliminar¡Un saludo y muchas gracias!